La historia de Yitzjak Perlman, un excepcional violinista de nuestra época, que a lo largo de su vida ha tenido que enfrentarse cara a cara con la adversidad la conocí a través de mis hijos que lo admiran.
Cuando era niño contrajo la polio y su movilidad quedó muy reducida de por vida. Pero esto no fue impedimento para que llegara a ser uno de los mejores violinistas conocidos mundialmente.
Pero ese día de
noviembre algo pasó.
Algo que pocas veces ocurre. A los pocos minutos de un
ilusionado concierto y de haber comenzado su magistral presentación una de las cuerdas de su violín se rompió. En ese momento, en todo el teatro, se escuchó el especial sonido y todos supieron
lo que eso significaba.
El silencio los invadió
a todos…
Todos acompañaron el silencio
de ese momento esperando que el artista cancelara el concierto o suspendieran
hasta encontrar otro violín o repusieran este….
Pero el artista no se movió…
esperó por unos minutos, cerró los ojos, y le
pidió al director que comenzara de nuevo desde el mismo lugar donde había
quedado….
Comenzó
suavemente y siguió con pasión, con
pureza, con fuerza…
Dicen que tocó
como nunca, que fue el mejor concierto que se haya escuchado nunca…
El hizo esa noche lo imposible.
En lugar de concentrarse en la cuerda que se había roto, se concentró con toda su energía, talento y ganas, en las otras tres cuerdas que le quedaban. Y con ellas siguió adelante y superó todas las expectativas.
Si bien es sabido que es imposible
tocar un violín con tres cuerdas y que
es por eso que los violinistas suelen llevar un violín de reserva, Perlman se negó a esa realidad, entregó lo
mejor y lo hizo de manera tal que no se pudo notar la diferencia, superó con
esa entrega sus anteriores presentaciones.
Cuando terminó de
tocar, el silencio primero de la sala se rompió en un increíble aplauso y hubo una
gran ovación. Todos se pusieron de pie demostrándole que apreciaban su entrega
y profesionalidad y su gran amor a la música.
El levantó su
violín y se hizo un silencio nuevamente, sonrió y le dijo al público:
“¿Saben?
A veces la tarea del artista es descubrir
cuánta
música se puede hacer con lo que a uno le queda.”
Una lección de vida...
Un paso mas...