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lunes, 1 de diciembre de 2014

Llegó la Navidad... Cómo nos organizamos cuando todo nos cuesta el doble...



La Navidad está llegando ...

Se siente en las calles, la música, las vidrieras, ese ambiente Navideño te invade internamente aunque cierres todas las ventanas, todas las puertas, tu corazón...
Es imposible escapar de estas fechas. 
 
¿Qué debemos hacer?

Planear con anticipación :

Lo fundamental, lo que NO SE NEGOCIA... es AISLARSE... los días que vienen serán duros, serán de subidas y bajadas en nuestro ánimo, en nuestras opiniones y hasta en nuestros gustos... Habrán momentos en que no desearemos ni levantarnos de la cama... pero sabemos en nuestro corazón que vale la pena conservar esta tradición Navideña que siempre nos ha traído alegrías, nos ha dado seguridad al estar todos juntos y nos ha reconfirmado los lazos familiares...vale la pena el esfuerzo...
Nuestro primer paso será descubrir CUALES serán esos momentos en lo que sabemos estaremos vulnerables, más sensibles y así al conocerlos podamos encontrarnos más fuertes y el stress que podría disparar alguna situación no nos tome de imprevisto y con la guardia baja.
Muchas veces deberemos estar fuertes por los niños de la casa, por el abuelo, la abuela, cada uno sabe cual es el ser más frágil que necesita ese espacio emocional particular, y esto nos animará a planificar estos días todos juntos para que cada uno opine, exprese sus deseos bajando así el nivel de ansiedad y preocupación que todos sentimos aunque a veces nadie lo diga en voz alta.

Te propongo para empezar:

1.Decidir en familia, no telefónicamente, sino hacer una reunión familiar para programar y decidir todos juntos:
  •  Dónde se quiere pasar esta Navidad.
  •  Con quienes desean compartir estas fiestas.
Entender que ésta puede ser una Navidad especial y diferente por todas las emociones que están en juego es imprescindible.
Hay que hablar con tiempo y claramente, escucharse y saber que cada uno está sufriendo un viaje particular e intransferible... aún los niños, por lo que también a ellos hay que escuchar lo que tienen  que decir en estas reuniones... no hay que olvidarlos nunca.
Es bueno saber con certeza que ningún cambio es para siempre... los amigos o los parientes que antes venían a cenar podrán venir el año que viene, o el que no vino antes podrá venir a esta celebración.. hay que ser sinceros y pensar que cuando se está atravesando un duelo hay momentos muy íntimos que solo queremos compartir con quien nos conoce bien, con quien late a nuestro ritmo... y si hay que decir NO es momento de decirlo.
Hoy es momento de ser generoso con uno mismo, de tenerse paciencia y de consolarse...y hacerlo en familia.

Si alguno de los miembros no desea estar con toda la familia y prefiere solo su núcleo más cercano, hay que escucharlo... lo ideal es evitar  la soledad, pero también las multitudes.
Si surge  la posibilidad que el lugar de reunión sea este año un lugar neutral, sin recuerdos que a algunos de la familia les duelen mas o específicamente , y aunque no todos tengan las mismas necesidades, se intentará que todos estén confortables, el amor que nos tenemos nos ayudará...Todo se va acomodando sobre la marcha y es muy posible que la cena pueda ser en un lugar neutro de sentimientos y el abrir los regalos en la casa familiar.

Nadie quiere olvidarse de nada...ni de nadie...nadie está escapando de la celebración sino que la estamos preparando en forma diferente...

Estar abiertos a esta nueva situación que nos enfrenta la vida y dejarse llevar no es un trabajo sencillo cuando el alma está cansada y desorientada ...pero debemos hacerlo...con ternura, con paciencia y sin juzgar los sentimientos de nadie, aunque en este momento no podamos comprender muy bien lo que está pasando...un paso más..
Ten la seguridad que nadie sabe muy bien cómo hacerlo para que salga bien... todos nos necesitamos...
 
Toma las decisiones que te diga tu corazón en familia... y recuerda, es vuestro duelo y no tienen que rendir cuentas a nadie...