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martes, 16 de diciembre de 2014

Respira... son cinco minutos...

 
Has salido de compras para esta  Navidad  y de pronto te invaden pensamientos como...

"¿Qué hago acá?" "¿A quién engaño?" "¿Quién soy yo?"  "Mírame, nada! Ilusa!!" "

"¿Qué hice todos estos años?" "¿Qué quiero celebrar ?" "¿Para qué este pino?" "¿Para qué estas compras?"

 "¿Que voy a hacer con mi vida?" "¿Que será de mi estas fiestas?" Ya no sé dónde estoy parada…

En un momento todo lo planificado se vino abajo, todo te parece ridículo, sin sentido, difícil…

Te dan ganas de llorar y de salir corriendo… No hay preparación para estos repentinos ataques de pena, de preguntas, de angustia, es solo la evidencia que nuestro dolor está intacto y también es la evidencia de que nuestro AMOR está intacto…

Como las olas del mar… cuando estés en un lugar público y sientas que te invaden las ganas de llorar, o la rabia y las ganas de gritar, piensa en las olas… en el mar… cierra los ojos, respira profundamente… no necesitas mucho tiempo, tomate solo cinco minutos para ti, tu corazón descansará, sus latidos se reducirán, tus músculos van a relajarse  y tu tensión arterial  se mantendrá controlada…

Siente tu respiración al ritmo de ese mar que es  tu vida y en las olas que como tu dolor tienen también su ritmo… respira… y la calma vendrá…

Un paso más.