Son muchos los
estudios que se están realizando en referencia a Mindfulness y la comida, cómo
puede ayudarnos a comer mejor, a
relacionarnos mejor con la comida y así mejorar nuestra salud. Esto es cierto y
cuando llega a ser un hábito en nuestra vida es un camino a un mundo “riquísimo”,
no solo de sabores, ya que el mundo de la comida es inmenso y gratificante. Lo
que hay que destacar es que Mindfulness aplicada a la comida no es una dieta,
no nos hará perder peso o solucionar problemas alimenticios, sí nos ayudará
a relacionarnos mejor con la comida, a ser conscientes de lo que comemos, cómo lo hacemos... y como consecuencia de este nuevo hábito podremos perder, mantener, o ganar
peso.
Comenzaremos
pensando con la doctora Jennifer Daubenmier, del Centro Osher de Medicina
Integral de San Francisco, que nos dice:
“Las prácticas de comer en forma consciente promueven el conocimiento de
experiencias relacionadas con el deseo de comer, sensaciones reales del hambre,
la saciedad, la satisfacción y el disfrute".
Esto lo hace todo
un desafío ya que cuando nos decidimos a comer con CONCIENCIA PLENA debemos
tener en cuenta el antes, el durante y
el después: ¿Porqué como?, ¿Qué como? , ¿Cómo como?, ¿Qué siento luego que
como?.
Si has ejercitado
la técnica del STOP te sentirás más preparado para prestar atención a lo que
ocurre en tu momento presente… si has tenido la constancia de practicar unos
minutos por día tu meditación aunque sea
la técnica de los 3 minutos te resultará más fácil identificar las sensaciones
y emociones como también los
pensamientos que te llegan en el momento que sientes deseos de comer…
La práctica de
estas técnicas te han permitido estar más en contacto con tus pensamientos, tus
emociones, tu fuerza interior, tu concentración…ya estás más capacitado para reconocer tus pensamientos aceptándolos sin juzgarlos... Entonces si te sientes … con miedo, pena
, rabia, o te sientes frustrado…tendrás la fuerza necesaria de hacer tu stop,
reconocer ese dolor, esa pena y no correr a la heladera por una porción de
pizza fría, una milanesa que sobró de la cena o todo el helado que tenías
reservado en el freezer para una ocasión especial… Así la tendencia a comer sin
pensar, cualquier cosa y a a cualquier hora estará ya bajo nuestro control y
evitaremos también sentirnos tan mal luego de hacerlo, como mucha veces nos ha
pasado.
ESTO NO ES FÁCIL
Por eso no te juzgues si descubres que sigues saltándote comidas, que de repente estás comiendo sin pensar y sin hambre y sintiéndote luego mal... vuelve a empezar, a prestar atención , a respirar .. no agregues más dolor o frustración a la que algunas veces sentimos... este es un hábito que aprenderás con tiempo y práctica.
Comienza poniendo
en práctica los fundamentos de la práctica de comer con conciencia plena:
Respira y chequea
tu sensación de hambre y saciedad antes de comenzar a comer:
¿Cuán hambriento estás?
¿Qué es lo que tienes deseos de comer? ¿Hay algo que realmente deseas comer en
especial? ¿Quizás lo que sientes es sed
y no hambre, te lo has preguntado? ¿Quizás tienes “hambre” de otra cosa… de
caminar, de escuchar música…? Escucha a tu cuerpo y
AVERIGUA QUE TE DICE… Y SOLO COME CUANDO TENGAS REALMENTE APETITO. Y hazlo todo
respirando con consciencia plena.
Elige tu comida:
Tomate tiempo
para elegir la comida que te gusta y la que te satisface ahora mismo. Honra ese
sabor. Siente la presencia de esa comida en todo tu cuerpo y disfrútala bocado
a bocado. Este debería ser realmente el sentido de comer.
Investiga y valora tu comida: Cuando tengas la comida frente a ti,
tómate unos minutos, observa y busca información sobre lo que tienes delante de
ti… pregúntate: ¿Cuáles son
realmente sus colores? ¿Es algo realmente atractivo y especial o no… cómo es su
forma? ¿De dónde viene? ¿Es algo que nos da la naturaleza, es algo procesado, orgánico? Pon en funcionamiento TODOS TUS SENTIDOS…huele, toca, mira…
Come
despacio:
Algo que todos los que practican Mindfulness
comiendo advierten es lo rápido que han estado comiendo hasta ahora. Por eso ve
despacio mientras comes y esto te ayudará a disfrutar mejor la comida. También
te ayudará a identificar cuando comienzas a sentirte satisfecho. Siente esa sensación
de saciedad. Investiga esas sensaciones de hambre y sentirse satisfecho y recuerda no es necesario
que te comas todo lo que tienes en el plato.
Mastica bien:
Mastica lentamente,
disfruta tu comida. Un método aconsejado para tomar consciencia de nuestra comida
es dejar los cubiertos al lado del plato por unos instantes, entre bocados, respirar
y continuar. Masticar bien los alimentos
ayudará a reducir la velocidad y tu cuerpo digerirá los nutrientes de los alimentos de
manera más eficiente. Al ir comiendo más despacio advertirás más fácilmente cuando
estás lleno o satisfecho y así es muy probable que no comas en exceso.
Presta atención a tus emociones antes, durante y después
de haber comido:
Este principio es
básico en Mindfulness, cómo se siente tu cuerpo a medida que comes… ¿Has descubierto nuevos sabores? ¿Has sabido algo nuevo sobre lo que
has comido en tu desayuno o en tu almuerzo? ¿Qué emociones han llegado mientras
comías? ¿Cuál de tus sentidos has puesto a prueba hoy? ¿Qué sensación se
despierta en ti al oler, saborear, mirar determinada comida? ¿Que sientes al sentirte satisfecho?
Muchos pensamos
que necesitaríamos demasiado tiempo, un tiempo que no tenemos, para hacer este
ejercicio de conciencia plena con la comida de cada día en cada comida. No
vamos a negar que lleva más tiempo del que estamos acostumbrados a dedicarle a nuestra
comida actualmente… de todos modos intenta elegir una comida por día, el
desayuno, la cena, un break en el trabajo… y practica desafiarte a encontrar
nuevos detalles a esa taza de café humeante
por ejemplo… que comenzará a ser para
nosotros mucho más que un cafecito en el medio de la mañana…
Un paso más…